Parece como si todas las ciudades del mundo hayan entrado en una carrera y compitan por hacerse con la última novedad en materia de arquitectura de autor. En Barcelona, el último ejemplo es el nuevo estadio del F.C Barcelona de Norman Foster. Ello, según dicen, incrementa la notoriedad de la ciudad en el mundo y atrae la llegada de más turistas, generando más ingresos. Para mí, este proceso no hace más que homogeneizar las ciudades del mundo.
Hace un siglo aproximadamente, se desarrollaba en Cataluña, una corriente arquitectónica única en el mundo, llamada modernismo. Esta corriente, estaba íntimamente ligada a la cultura y a las tradiciones de nuestro país y a sus gentes ( más adineradas, claro está). La arquitectura modernista, traspasó a otros artes, e influenció a publicistas, interioristas, escritores...
A diferencia del pasado, esta nueva arquitectura de autor, no refleja la realidad del país que acoge sus obras. Foster estará firmando en un mes otro proyecto similar en Shangai, Buenos Aires o Marrakech o donde le paguen más, sencillamente.
Me gustaría pensar que en un futuro, los turistas que nos visiten no lo hagan, en el marco de un circuito "Norman Foster" a lo largo de todo el mundo, pero si para apreciar las particularidades de nuestra ciudad